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Corao: la nueva patria de El Alemán

Cangas de Onís, CoraoDe cuantos visitan las tierras asturianas muchos son los que declaran su admiración por sus parajes naturales. Muchos los que se embelesan contemplando las pequeñas aldeas colgadas a media ladera, la hierba que llega hasta las playas, los desfiladeros abiertos entre abruptos farallones, la cercanía de la costa y la montaña... Los hay que, prendados de las bondades de la tierra, deciden quedarse entre nosotros. Ya nos hemos referido en este espacio a Rosario de Acuña y Villanueva (véase el artículo «Una enamorada de Asturias»), la ilustre librepensadora que habiendo nacido en los aledaños de la madrileña Puerta del Sol quiso pasar los últimos años de su vida en una casita que se construyó en el promontorio gijonés de El Cervigón. El turno le corresponde hoy a otro ilustre visitante que decidió quedarse aquí para siempre: Roberto Frasinelli.

Nacido en la localidad alemana de Ludwisburg en los primeros años del siglo XIX, a resultas de su participación durante su etapa universitaria en algunas sociedades secretas y revolucionarias, decidió abandonar su país y cobijarse en España. Su formación artística le permitió establecerse como marchante para coleccionistas y bibliófilos alemanes. Como experto dibujante de proyectos arqueológicos recibió diversos encargos de la Comisión de Monumentos de Oviedo que había sido constituida en 1844. Suyos son varios dibujos fechados entre 1844 y 1847 de diversos edificios prerrománicos, especialmente de la iglesia de Santa Cristina de Lena.

Cangas de Onís, basílica de CovadongaAños después se casa con Ramona, integrante de la familia Miyar, originaria de Corao y propietarios de una librería en Madrid. En 1854 el matrimonio decide asentarse en la localidad canguesa y desde entonces Frasinelli desarrollará una intensa actividad como naturalista, arqueólogo y dibujante.

Cuando se decide la construcción de la basílica de Covadonga, el obispo Sanz Forés se inclinará por las soluciones románticas propuestas por Frasinelli, hasta el punto de que Alejandro Pidal afirma que suya es la ornamentación del templo.

Cangas de Onís, Corao, cueva del Cuélebre Cangas de Onís, Corao, cueva del Cuélebre
El Alemán de Corao, que así empezó a ser conocido por los alrededores, descubrió la denominada Cueva delCuélebre, situada en las inmediaciones de la localidad. Primero la investigó y luego la convirtió en su estudio: un observatorio privilegiado de los Picos de Europa, como se puede comprobar en las fotografías que acompañan este texto.

Cangas de Onís, vista de los Picos de Europa desde la cueva del Cuélebre en CoraoFue tal la fascinación que debió sentir Frasinelli por el escenario que contemplaba desde su retiro que realizaba largas excursiones por la Montaña de Covadonga. Cuentan que era habitual que recorriera el itinerario que hoy se conoce como Senda Frassinelli, que partiendo de Corao, sigue por el Camín de Molledo y La Frecha, cruzando Comeya y las vegas de Teón, Fana y Moroñes, para subir a Pan de Carmen y a la Vega del Huertu y que aquí, en el denominado Pozu del Alemán, se bañaba en las frías aguas, cuando no se revolcaba entre la nieve.


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